viernes, 20 de noviembre de 2009

A la Memoria


Extraño Poder, quién eres yo no lo sé

,Asesino o doncella de mi fe.

Sólo sé que prefiero el castigo

Del más implacable enemigo

,Que vivir -como ahora vivo-

Mutilada veinte veces al día por ti.

Sin embargo, cuando logre someterte,

Lo ridículo será un vano pretexto,

Murmurando en mi oído una canción

Largo tiempo amada, hoy lejos de la razón;

Y sobre mi frente he de sentir el beso

Que me haría desear morir antes de perderlo.


To Memory; Mary Elizabeth Coleridge (1861-1907).

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