domingo, 13 de septiembre de 2009

El Carruaje de la Muerte.


En la noche, cuando los enfermos yacen despiertos,

Escucho pasar al Carruaje de la Muerte;

Lo oí pasar salvaje, por senderos desiertos,

Y supe que mi hora aún no había llegado.


Click-clack, click-clack, los cascos pasaron,

Tirando del Carruaje, viajando en rápidas alas,

Viajando lejos, a través de la lúgubre noche.

Los muertos deben descansar hasta el alba.


Si alguien caminase sigiloso tras sus huellas,

El Carro y los caballos, negros como la medianoche,

Verá viajando a la Sombra de la Perdición,

Que atrae a todos, y a cada uno por venir.


Dios es piadoso con los que aguardan en la noche,

Escuchando al Carruaje de la Muerte en el umbral,

Y aquel que lo oiga, aunque sea débilmente,

El espantoso Carro se detendrá para él.


Él partirá con el rostro lívido,

Subiendo al Carro y tomando su lugar,

La puerta se cerrará, sin nunca vacilar.

Rápido se cabalga en compañía de los muertos.


Click-clack, click-clack, la Hora es fría,

El Carruaje de la Muerte sube la distante colina.

Ahora, Dios, Padre de todos nosotros,

Limpia de tu viuda las lágrimas que caen.


_______Katharine Tynan (1861-1931)

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